Estrenamos julio con una noticia estival. (Lo siento por mis numerosos lectores del hemisferio austral.)Para muchos, la playa y sus rituales actividades marítimas están a la vuelta de la esquina. Otros ya han empezado sus vacaciones.
Algunos van a aprovechar el verano para jugar con sus hijos, sobrinos, hermanitos, vecinitos a la orilla del mar (o del Manzanares) y por si no pueden ofrecerles a sus retoños o jóvenes parientes cualquier capricho al alcance de un magnate ruso con tarjeta de residente marbellí - hablo de un yate con grifería de oro incrustado de diamantes - podrán a lo mejor comprarles un barco inflable, como esta curiosa versión del Titanic, que se vende a medio submergir.
Lo más curioso de este kit acuático es que contiene icebergs - hinchables también - para que el juguete sea más real.
Solo me pregunto algo: de cara a la temporada de verano 2011 ¿el fabricante piensa completarlo con una Céline Dion inflable?
¿O será que la cantante canadiense ya nos las hinchó suficientemente chillando la canción de la oscarizada película?
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