miércoles, 6 de octubre de 2010

Follett sustituye a los chicles


Ken Follett sustituye a los cliches. ¿Para qué? ¿Calzar un armario cojo? Por supuesto.
Es mucho más seguro calzar el armario con este superventas tocho que con una goma masticada. Los productos del escritor servirían incluso para calzar el universo en caso de que éste se derrumbara. No hay que perderse de vista que los productos del hombre son verdaderos pilares de la Tierra, sin duda por ello apuntalan las cajas en el supermercado. Mirad la foto que saqué hace dos horas en una cadena que no voy a citar aunque daré una pista para que la identifiquéis: triángulos negros y verdes.

Estamos frente a una excelente noticia para los melocotones: comparten protagonismo con la literatura.Y a una excelente noticia para la literatura: está consideraba con un bien saludable, igual que la fruta. Incluso la supera en términos de higiene. Por eso están los libros de Ken Follett apilados al lado de la caja, como cualquier golosina que se precie, para poner a los clientes a prueba a la hora de la verdad, mientras que las cajas de fruta permanecen a la entrada del establecimiento y no llaman tanto la atención de los consumidores que entran con prisa.

Los médicos y los dietistas nos aconsejan tres piezas de fruta al día.
¿Serán aconsejables también tres raciones de Ken Follett para mantenerse saludable tanto física como mentalmente o bien serán indigestas? ¿No serán un poco ladrillos esas caídas de gigantes?

He de reconocer que tuve que rezar para mis adentros cuando llegué a la caja para pagar el pan, el queso y la lechuga, repetí varias veces en mi cabeza: "No me dejes caer en la tentación, no me dejes caer en la tentación."
¿A quién recé? ¿A Dios?
No, claro que no, recé a otro gran escritor (quiero decir otro que el señor Follett) susceptible de ver sus libros sustituir a los bombones y chicles en los mostradores de las cajas de la gran distribución: Dan Brown.

Me pregunto por otra parte si el título de la novela "la caída de los gigantes" tendrá algún mensaje secreto. ¿Presagia el declive del Supercor? ¿Del melocotón gigante?

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