sábado, 21 de mayo de 2011

El CuleBronX de la temporada

Podría ser una mezcla de varias series que han levantado pasiones y suscitado adicciones a lo largo de los últimos años: The Wire, Desperate Housewives, El Ala Oeste, Sexo en Nueva York y para la nota vintage, salpiquemos unas lentejuelas fosilizadas de Melrose Place.

A modo de Mujeres desesperadas tendríamos en primer lugar a una mujer africana que inmigró a Nueva York. No vino a la ciudad de los rascacielos para lucirse en las exclusivas tiendas del Upper East Side ni para asistir a clases de Pilates en el gimnasio de Madonna, sino para limpiar habitaciones en un hotel de cinco estrellas donde las suites cuestan más de lo que ella cobra en un mes. La mucama no vive en un loft con vistas a Central Park, sino que comparte piso con su hija adolescente en un decrépito bloque del Bronx. Tiene 32 años y es viuda o madre soltera (los guionistas aún no han conseguido ponerse de acuerdo sobre este punto) y se llama Ophelia, un nombre que huele a seudónimo y podría esconder "un nombre más étnico".

En el escalón opuesto de la escala social, nos encontramos con una ex periodista estrella de la televisión francesa, riquísima heredera de un galerista neoyorquino, una mujer inteligente que se casó en segundas nupcias, a principios de los noventa, con un político francés y judío (como ella) que aspiraba a más: es Anne Sinclair. Hace unos diez años, se alejó de los focos para no comerle el protagonismo a su ambicioso esposo. Cuando ascendieron a éste a uno de los cargos más importantes de la Finanza Mundial, la esposa modelo pagó de su bolsillo un chalé rodeado de parra en un lujoso barrio de Washington DC. En sus escasos momentos libres, el cónyuge - DSK - se dedica al estilismo y le fabrica un tocado de cuernos hecho a medida; la dama parece conformarse tan pancha con su papel de cornuda consentida.

A pesar de su debilidad por el dinero y los lujos que proporciona, DSK sigue siendo un socialista de pancarta y aunque es una eminencia de la Finanza Mundial, se presenta como el contrincante serio de Sarkozy para las elecciones generales del año siguiente en Francia.

Hablamos de Sarkozy aunque no huelgue presentarlo: pequeño presidente de un gran país venido a menos, es -según afirmó un humorista en la tele pública francesa un par de meses antes del principio del culebrón - "un representante de comercio farlopero que se compró un país para chulear a una cantante (video en francés).

Y es cierto que no es fácil seducir a tamaña "doncella": nacida en el seno de una pudiente familia italiana, Carlita cuenta en su largo palmarés amoroso a perriflautas como Mick Jagger, Eric Clapton o al pelado Donald Trump.

Ahora que hemos planteado una lista - no exhaustiva - del reparto, empecemos:

Al principio de la serie, a DSK algunos medios de comunicación de su país de origen acaban de ponerle a caldo porque se había lucido con un Porsche durante uno de sus viajes relámpago a la capital francesa. El hombre sabe que está en el punto de mira de muchos de sus detractores, incluso los que juegan en el mismo campo político que él, y que más de uno está dispuesto a aniquilarle, dándole sin piedad en su talón de Aquiles: su debilidad enfermiza por las mujeres, que es un secreto a voces para muchos periodistas. Tendría por lo tanto que quedarse quietecito y recurrir a una formación de castración casera: cambiar el jengibre por el bromuro, por ejemplo.

Sin embargo, en el segundo capítulo, el hombre cae, aparentemente víctima del apéndice que le cuelga entre las piernas: mientras está sentado en primera clase de un avión que le llevará a Europa donde tiene que encontrarse al día siguiente con Angela Merkel, irrumpen dos policías del NYPD y se lo llevan: el hombre acaba de ser denunciado por la mucama africana por haber intentado abusar sexualmente de ella y haberle secuestrado en una suite del hotel de cinco estrellas.

Comparece ante el tribunal dos días más tarde, mal aseado, la autosuficiencia puesta en jaque mientras que Ophelia, la víctima, siguen siendo una cara desconocida del gran público. Es encarcelado en Rikers Island, la chirona de Nueva York donde viene a parar "lo peor de cada casa" y aunque no se beneficie de un trato de favor, es aislado de los demás presidiarios para evitar que éstos le hagan a él lo que él supuestamente hizo a la mujer negra: ponérsela en la boca sin consentimiento previo.

Unos días más tarde, es liberado bajo fianza: la broma costó la friolera de un millón de euros que la malograda esposa, que lleva ahora sus ambiciones presidenciales en cabestrillo, habrá pagado sin chistar. Tiene que permanecer en arresto domiciliario en un piso situado cerca de la Zona Cero hasta el juicio. Una multitud de periodistas y de curiosos ya se hacinan en la puerta del exclusivo edificio.

En la segunda temporada, que empezará a principios de junio, sabremos con qué salsa se lo va a comer la justicia norteamericana.

Reparto pluriétnico e integrador (negros, judíos, un francés de origen húngaro, abogados yankis), unos cameos de lujo (Carla Bruni, Donald Trump, etc.), enfrentamiento de clases, caída de semidioses en directo, sexo, violencia, amor, traiciones, morbo, localizaciones variopintas - epicentro de la Gran Manzana y barrios paupérrimos - juegos perversos de poder, coches de lujo y furgones policiales, manipulaciones políticas, sistema judicial norteamericano, teoría de la conspiración - "los cimientos de la Finanza Mundial se agrietan gracias a una madre soltera (o viuda) luchadora de sol a sol": ¿ah que tenemos aquí unos ingredientes de primera para elaborar minuciosamente el mejor CuleBronX de la temporada?

1 comentario:

  1. Des vagues trouvées ici et la :

    http://haterz.fr/wp-content/uploads/2011/05/DSK_haterz1.jpg


    http://www.youtube.com/watch?v=k9V3awtHeCI&feature=related

    (inégal comme sketch, et fond douteux comme Dieudo mais toujours du bon à trouver... "ils l'ont choppé comme un chicanos")

    ResponderEliminar