Aeropuerto Don Quijote

El caballero andante por excelencia continúa haciendo de las suyas y las iniciativas amparadas por su celebérrimo nombre parecen abocadas al fracaso más clamoroso.

La última aventura quijotesca es la creación del aeropuerto de Ciudad Real que está en quiebra.
Ese jugoso proyecto tenía la vocación de desastacar el tráfico de Barajas ya que el AVE enlazaría con la capital, pero ese gigantesco proyecto apenas ha despegado, lo que no pinta nada bien para semejante infraestructura, para ese nuevo fruto de la excelente coordinación en nuestro país...

Es cierto que los escasos viajeros que habrán pasado por allí no habrán tenido que sufrir largas colas pero ahora Don Quijote echa el cierre, apaga y vámonos.

¿Qué hacer para limitar el despilfarro de esa malograda operación?
Muy fácil : vender el aeropuerto, mostradores de facturación y pistas de despegue y aterrizaje incluidas a un país que lo necesite.
¿Ah? Pero ¿cómo desplazarlo? No es de Ikea que sepamos, no puede ser desmontado pieza a pieza y mandado por transporte aéreo o contenedor marítimo a un sitio lejano.
Pues bien, la solución está chupada: basta con llamar a esos expertos en desplazamiento de sitios que los guionistas de Lost.
Si consiguieron cambiar la isla de sitio a su antojo, podrán hacer algo para nuestro pobre Don Quijote airport ¿no?