domingo, 20 de junio de 2010

And the winner is: ¡una tortuga!


Si hablábamos hace un par de meses del primer documental dirigido por monos y de sus eventuales repercusiones sobre los palmarés de los festivales de cine más exquisitos del mundo mundial, hoy toca hablar de otro caso curioso y que no es fruto de un experimento de la BBC sino de una especie de casualidad: una tortuga marina se grabó a sí misma con una cámara que se había perdido en el Caribe. Lo más extraño de todo es que parece que el animal fue capaz de encender la cámara para llevar a cabo esa pieza de arte experimental donde las haya. Curioso ¿verdad?

Entonces ¡temblad directores coreanos, iraníes, franceses (en algunos casos)!
Acaba de saliros unas temibles competidoras en cuanto a lentitud: nada más ni menos que las tortugas marinas.

Además, si pensáis que ellas no solo son longevas sino que son capaces de hacer cine anfibio sin ninguna dificultad ni sobrecoste de producción, podéis temblar por vuestro puesto. No saberlo, Cousteau daría vueltas en su tumba.

El remake de Titanic ¿le dirigirá una tortuga? ¿En 3D?

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