jueves, 15 de abril de 2010

Método acelerado de idiomas

¿No entendéis lo que pone esta placa de calle a la primera? ¿Os gustaría disfrutar de una ciudad como Berlín en versión original sin dedeicar años a estudiar las declinaciones alemanas?

Muchos soñamos a menudo con un aprendizaje a la Matrix, con dejar que nos enchufen una madeja de electrodos y cables en el cerebro y nos duerman y que luego, cuando nos despertemos, sepamos hacer cosas que nos habían parecido lejanas y difíciles hasta entonces: ganarle un partido de tenis a Nadal (6/4, 6/3, 6/0), entender la teoría de las cuerdas, hablar arameo al derecho y al revés, en fin cosas que suelen requerir años de esfuerzos y una disciplina férrea.

Pues algo parecido le ha pasado a una niña croata que se ha despertado de un coma de un día hablando alemán con fluidez, un idioma que había empezado a aprender pero que no dominaba, por lo menos conscientemente. El problema es que no se acordaba en cambio del croata, váyanse a saber lo que hay en el cerebro.

Aprender idiomas es un punto débil en España y tener que pasar por un día de coma reversible para hablar inglés les parecerá arriesgado y medianamente tentador a muchos. Pero si los más vagos se atrevieran a ser conejillos de indias, sería una mala noticia para las academias a las que se les acabarían el chollo en un (largo) abrir y cerrar de ojos.

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