martes, 18 de mayo de 2010

¿Os casa el alcalde? No, el robot.


Si hablábamos en marzo de un coreano que le había dado el "sí" a su almohada (no llegamos a saber si había sido recíproco) y hace dos semanas de un cartero alemán que había contraído matrimonio con su vieja gata, hoy nos toca hablar de una boda que ha sido orquestada por un sacerdote robot, muy mono o mona él/ella como podéis ver en la foto.

¿Qué nos depara el futuro en términos de ceremonias nupciales? ¿Ver a un sacerdote robot nipón casar a una vieja gata alemana con una almohada coreana? ¿Cómo calificar semejante unión? ¿Alianza pluriétnica oficiada por una entidad virtual? Una almohada con una gata ¿es zoofilia lésbica? ¿Conduce automáticamente al maltrato en la medida en que la gata acabará afilándose las zarpas en la almohada? ¿Se conformará con mearle encima? ¿Será entonces adrede o solo por ser incontinente a su avanzada edad? Qué de preguntas ¿verdad?
El robot ¿será capaz de interpretar el maullido de la gata?
¿Tendrá la interfaz adecuada para hacerlo?

Que los que no reconocen los matrimonios entre personas del mismo sexo como tales arrimen el hombro. Van a sudar la gota gorda para definir si la unión de la que hablamos es matrimonio o no...

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