Parece que el puritanismo (norteamericano, en el caso de hoy) es una escalera sin fin que pretende llegar a un Dios desprovisto de sentido del humor - y peor que eso, enemigo de la belleza de una creación que parece habérsele escapado de las manos - y que acabará estrellándose contra su propia ridiculez.Es más o menos lo que deben pensar los miembros de la familia que habían aprovechado las intensas nevadas de la Coste Este de Estados Unidos para crear una sublime réplica de la Venus de Milo y se vieron obligados, tras una denuncia anónima, a cubrir las partes íntimas de la muñeca. La hija de la familia subraya con toda la razón que las estatuas no están vestidas en los museos pero cabe esperarse lo peor de aquí en adelante. Dado que la ola de puritanismo se asemeja cada vez más a un tsunami, igual veremos pronto estatuas griegas tapadas con unos burqas para no ofender a nadie y alardear de alianza de (in)civilizaciones.
Mejor reírse de esta noticia que da ganas de llorar...
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