miércoles, 3 de febrero de 2010

Pitillos versus petardos

Va a ser verdad que el tabaco perjudica seriamente la salud (no me malinterpretéis, no me quedaban dudas al respecto) y si no, que se lo pregunten a un tal Andi Susanto, un guardia de seguridad que vive en la isla de Java (Indonesia) y al que le explotó el cigarrillo que acababa de encenderse.

El chico perdió la friolera de seis dientes en el acto, pero no denunció al fabricante de la marca de pitillos en cuestión (Clas Mild se llamaban, mejor no imaginarse lo que le hubiera pasado si se hubiera decantado por la marca Clas Strong, igual acababa decapitado) porque éste se hizo cargo de los gastos médicos (faltaría más). Lo bueno es que el susodicho Susanto lo aprovechó para dejar de fumar. (Pero no sabemos si dejó de decir que el tabaco era la bomba).

Las marcas europeas o americanas podrían tomar cartas en el asunto y en lugar de colocar fotos de cáncer terminal de pulmón, garganta o lengua en sus paquetes, vender cajetillas trucadas. Fumarse un piti se convertiría en una especie de ruleta rusa, nunca sabrían los fumadores si fuera a tocarle un cigarrillo explosivo. Y si fumaran para acompañar una copita de alcohol, ni os cuento los estragos que habría que deplorar en sus respectivos barrios...

La anécdota puede por lo tanto convertirse en buena noticia para quien quiera dejar de fumar y no encuentre el valor suficiente para hacerlo por las vías normales (fuerza de voluntad, artes marciales, patch, oraciones New Age, jogging por intravenosa, chicle de nicotina y un largo etc.).

Me temo de que sea en cambio una mala noticia para Indonesia que puede convertirse en el nuevo plato fuerte del eje del Mal. Se trata efectivamente del mayor país musulmán del mundo, golpeado por unos cuantos atentados en los últimos años (siendo el de Kuta Beach - 2002- el más sangriento) y va a ser que prueban armas inéditas sobre sus propios cuidadanos para despistar mientras que elaboran un plan maquiavélico: exportar esos malditos cigarrillos hacia los países enemigos.

Espero que EEUU no aproveche este pequeño suceso para invadir el inmenso archipiélago en busca de armas personales y no ponga todos los kioscos patas arriba. Que ya le valen a los balineses ser invadidos por hordas de turistas australianos.

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