lunes, 1 de febrero de 2010

En el nombre del surtidor...


Hoy día del Señor para los cristianos, la noticia curiosa nos llega de Suecia y no, no se trata de montar un crucifijo según los normas de IKEA aunque el tema tenga algo que ver con el culto: en el pueblo de Tärnsjö (que todos conocéis, me imagino) un pastor ha decidido abrir una gasolinera en la iglesia para salvar la economía del pueblo. Como éste se había quedado sin surtidores, los lugareños iban a repostar a unos 20 kilómetros y lo aprovechaban para hacer la compra (lo siento, no encuentro la noticia en la prensa hispanófona).
El pragmatismo vinculado con el calvinismo o el luteranismo es un secreto a veces, con lo cual no hay que extrañarse en demasía de que haya pasado en un país protestante, pero creo que las iglesias católicas tendrían que tomar cartas en el asunto, sobre todo en los pueblos pequeños, para limitar el goteo de clientes.
Los funerales se celebrarían entonces en las iglesolineras RIPSOL, la misa del gallo y las bodas en las sucursales religiosas CEPSA (Centro Eclesiástico Padre y Socios Anónimos), las liturgias cotidianas en el BP (Buen Padre), ya veis, parece que los logotipos ya están preparados.
Además los católicos les llevarían ventajas a los protestantes. Como éstos no se confiesan, no pueden transformar eventuales confesionarios en cabinas de lavado, cosa que sí harían los seguidores de la Iglesia romana. En caso de que pusieran sin plomo en vez de agua bendita en las pilas, habría que tener cuidado para no encenderse un pitillo después de haberse santiguado,so pena de salir un pelín chamuscado del oficio. Este detalle aparte, la medida sería una fuente de ingresos por la Iglesia a la par que una gran noticia para la Alianza de Civilizaciones: los católicos se acercarían al wahabismo saudí, ni el mismo Zapatero hubiera podido soñarlo.
Y sobra decir que cambiaría un poco la liturgia: "En el nombre del Surtidor..." y que las manómetros de aire se llamarían "Espíritu Santo".

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