viernes, 29 de enero de 2010

El cerdito de la felicidad

Con la soltura verbal que caracteriza a muchos de sus compatriotas a la hora de hablar de sexo (y de cualquier otra cosa), Cristina Kirchner ha afirmado que la carne de cerdo es un afrodisiaco. Eso dijo (aparentemente) después de que el asado de cerdo había surtido efecto en la anatomía del señor Néstor que pudo atender como se debía a su operada esposa, la cual añadió en su declaración que más valía zamparse chuletas y costillas que tragarse Viagra. (Está claro que la señora Fernández tiene menos pelos en la lengua que silicona en la cara).

De confirmarse el dato, nuestros spams cambiarían de cara al futuro. Pronto veríamos aparecer unos mensajes como "Authorized Solomillo", "enhance your performances with Lomo", "prueba el nuevo lubricante revolucionario Mantecax").

Eso explicaría en parte porque más de 80% de las españolas se declaran satisfechas con su vida sexual. Faltaría más con todo el jamón que consumimos... Qué buena noticia ¿verdad? Reconozcamos de paso que Sonsoles Espinosa es mucho más discreta que Cristina: a la señora esposa de Zapatero nunca le hemos escuchado decir que el secreto de su sonrisa radicaba en la longaniza de León.

Es un cambio una mala noticia para los laboratorios farmacéuticos que fabrican el Viagra y cía y por supuesto para los musulmanes y los judíos a los que sus respectivas religiones prohiben comer cerdo. ¿Para que estén reprimidos y hagan la guerra en lugar de hacer el amor?

Ahora entiendo por qué las huchas suelen tener forma de cerditos. ¿Por qué hay todas monedas en la hucha? ¿Son las ganancias del banco de esperma?

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