lunes, 25 de enero de 2010

Qué ojos tienes, tronco.

Hoy seguimos en el Reino Unido, vivero de hechos interesantes donde los hay. Allí un joven, en un arrebato de fusión con la naturaleza quizás, intentó hacer el amor con un árbol, lo que le valío la expulsión del parque (también conocida como tarjeta verde). Ponen en el artículo que había intentado abusar de susodicho árbol pero eso habría que comprobarlo: ¿quién puede estar seguro de que el árbol no estaba encantado, que no le gustaba las vibraciones del tipo, que no le ponía el intercambio de flujos esperma/sabia?

No especifican cómo el chico se las arregló para seducir al árbol y si le dijo algo como: "Hey tronco, tienes una corteza... tan lisa... ¿qué crema te pones? (Igual le tiró los tejos a los chopos). Y el árbol: "No te vayas por las ramas, ¡al grano!".

¿Es ésta una buena o una mala noticia? Es sin duda una mala noticia para Greenpeace y demás defensores de la ecología ya que de aquí en adelante cada vez que abracen un árbol para defender una causa se les acusará de acoso sexual, incluso de violación y se les meterá en prisión preventiva. Y se ha visto a responsables de Greenpeace en el punto de mira de la justicia por menos, y si no me creéis acordaos de lo les pasó a Juan López de Uralde y cía hace poco en Dinamarca.

Pues sí, ahora cada tentativa de acercamiento a un árbol va a resultar sospechosa. Sin ir más lejos, la baronesa Thyssen ¿tenía alguna intención secreta cuando se encadenó a los castaños o lo que fuera del paseo de Prado? Y las cadenas ¿y qué se debían? ¿A una pulsion sadomasoquista?

Sin embargo a un árbol ¿no le molestará más que uno se orine contra él que el gesto de un apasionado del mundo vegetal que quiere demostrarle hasta qué punto le quiere?
Y ahora que lo pienso ¿qué es una talla sino una mutilación de los genitales?
Y por cierto habrá una clasificación de los delitos sexuales: si te lo montas con un árbol caído eres necrófilo. Si es en cambio con un olmo centenario, te gustan los viejos verdes.
Felipe González ¡cierra tu jardín de bonsais a cal y canto! Hay muchos pedófilos por allí...

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